En la última visita a Portugal, en la que me llevé un enorme disgusto al ver como una playa puede ser totalmente arruinada en tan solo dos años y pasar de paraíso a desastre natural, me regalé unas botellas para quitarme el disgusto.
Mi única experiencia con el vinho verde no había sido buena, así que no me la jugué y aposté por valores seguros como este Muralhas. Blanco, algo fuerte de burbujas, afrutado, a destacar la manzana verde. Estamos hablando de un albarinho que compite perfectamente con los gallegos a un precio bastante más reducido. En el próximo viaje, caerán algunas botellas más.
viernes, 21 de agosto de 2009
Muralhas de Moncao
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