http://www.devinis.org/2007/12/vinos-de-supermercado-mercadona.html
Algunos en la enoblogosfera suelen estar atentos (¡y hacen bien!) a los vinos y espumosos que se comercializan en las grandes superfícies. Mi organización doméstica suele pasar por la compra telemática y no tengo la oportunidad de pasear por los lugares donde compramos. Pero la presión posnavideña me obligó ayer a pasar por un Mercadona (confieso que no soy de supermercado, yo, sino de mercado de los de toda la vida) y recordando algunos de los comentarios leídos, decidí pasear por la zona de vinos...Sorpresas interesantes, me atreviría a llamarlas, y agradables, fueron dos. Iba buscando algún espumoso semi o dulce, pero no vi nada que me llamara la atención. En cambio, cayeron dos cosas que no dudo en recomendar:
en primer lugar, un Borsao Garnacha mítica 2006, de la DO Campo de Borja, 13,5% y servido a 16ºC. De capa media y color de picota a medio madurar, es un vino brillante y bastante fragante. Huele a frutas rojas de bosque maduras, a su compota y, sobre todo, a aromas secundarios (levaduras, algo de yogurt con frutas rojas, aunque discreto). Su boca es, casi, lo mejor: amplia, casi opulenta, con los taninos muy redondos y unas caudalías inusitadas (12 por lo menos conté). Un monovarietal de garnacha del Campo de Borja que me ha costado 1,3 euros: beberlo para no creerlo, de veras.
En segundo lugar, he elegido una rareza que no sé bien cómo cualificar. No sé de dónde viene, sé sólo quién la fabrica: Dolce Prima moscatel, para el que no se indica añada y que es embotellado por Bautista Martí SL. Tiene sede social en Estivella (Valencia) y ofrece algo que se parece bastante al moscato d'Asti del que he hablado últimamente. El mosto fermenta parcialmente y el carbónico emanado de esa fermentación es el que se observa en copa y en boca. No parece que el método sea el mismo que el del moscato, en que el carbónico se genera, tras una fermentación del mosto del moscatel, en autoclaves a presión y temperatura controladas. Por lo menos no lo cuenta así la etiqueta. Del resto, opacidad absoluta: no he encontrado nada en la red. Pero este Dolce prima es correcto y satisface bastante: de un amarillo pálido y una burbuja más inconsistente todavía que la del moscato d'Asti (se desvanece en apenas tres minutos en copa), aporta aromas discretos de moscatel, de pera y de melocotón maduros y un poco de agua de rosas. Finaliza con un posgusto vegetal, casi de geranio. En boca tiene menos volumen y relieve que los moscati, pero acaba siendo un "vino" fresco y agradable (tomado sobre los 7-8ºC), más para polvorones, que tienen un sabor menos opulento, que para turrones tradicionales. El detallazo es que esta botella me ha costado 2,5 euros.Nota bene: conste que no pretendo abrir una serie sobre "vinos de supermercado" que valen la pena, aunque me parece una idea estupenda. Ha sido el azar y las vacaciones de mi santa que me han llevado allí. Pero bien está, vaya.
1 comentario:
Jejejejeje como se nota el hedonismo del funcionariado XD.
Buena entrada, saludos.
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